Experiencias
Meseta de Somuncurá
Una de las geografías más espectaculares y deslumbrantes de la región patagónica.
Se trata de un enorme macizo situado en la zona centro-sur de nuestra provincia (abarca también parte del territorio de Chubut) cuya formación comenzó hace 40 millones de años. El resultado de ese proceso creador de la acción volcánica es una colosal figura que, como una isla, emerge en medio de la estepa.
Diferentes excursiones y travesías permiten a los visitantes acercarse a los misterios que, entre grietas, cráteres y cañadones, se ocultan en este mundo de basalto. La RN23, al norte, y la RN3 por el este, son las principales vías de acceso para llegar a las localidades y parajes cercanos a la meseta desde donde se realizan las salidas, entre ellas Sierra Grande, Los Menucos, Maquinchao, Valcheta, El Caín, Cona Niyeu y Prahuaniyeu.
El acceso a la meseta es difícil por las propias características de la geografía y el clima (que en algunas épocas del año suele ser extremo) y solo puede hacerse en vehículos 4x4 y con la ayuda de guías especializados o baqueanos que viven en la zona.
Las propuestas para conocer la meseta van desde excursiones que duran varias horas hasta travesías de varios días. Cualquier acercamiento a la meseta se convierte en una experiencia especial porque combinan actividades de turismo aventura, turismo rural y turismo cultural.
Se pueden realizar caminatas, paseos a caballo, safaris fotográficos y avistaje de aves además de vivir la cultura local. Los visitantes pueden alojarse en estancias y casas de familia, y disfrutar de la hospitalidad y la gastronomía local.
Todas estas actividades se realizan en el marco de los grandes paisajes de la meseta. En sus bordes y faldeos, la roca presenta cañadones intrincados donde pueden descubrirse huellas de un pasado remoto como restos fósiles de fauna marina o pinturas rupestres de los pueblos nativos que habitaron la Patagonia.
Además, ascendiendo hasta la planicie que corona la meseta, hay impactantes lagunas temporales nacidas de las lluvias y las nevadas que albergan colonias de flamencos y otras aves. Este insólito y aislado mundo es habitado, también, por dos singulares especies animales: la mojarra desnuda (pez llamado así porque no tiene escamas) y la pequeña rana de Somuncurá. Otros animales que se pueden ver durante las excursiones son águilas, guanacos, lagartijas, zorros, chinchillones, choiques, patos, maras y hasta manadas de caballos salvajes.
También se pueden visitar antiguos cráteres y ver cerros y picos que se elevan casi hasta los 2000 metros, como el cerro Corona.
Desde la cima de la meseta, el paisaje que se aprecia es de una belleza sin igual: una superficie infinita tapizada de vegetación en la que predomina el coirón, y un silencio profundo solo cortado por el viento y cielos inmensos que se unen con el horizonte más allá de donde el ojo puede ver.
Para proteger la diversidad biológica de la meseta, la provincia creó en 1986 el Área Natural Protegida Meseta de Somuncurá que comprende alrededor de 1.6 millones de hectáreas.